lunes, 5 de junio de 2006

El Mantón de Manila

Historia y origen
Es la capital de Filipinas, antigua colonia española, la que le ha dado nombre, pero su origen se encuentra en China; tradicionalmente se realizaban en seda y estaban bordados a mano con motivos florales de la naturaleza como flores, sobre todo, y pájaros. El mantón de Manila es un complemento del vestido. Algunas cantaoras lo llevan-no es raro ver a Estrella Morente con mantón-, pero son sobre todo las bailaoras las que han hecho que esta prenda, introducida en el vestuario español –sobre todo andaluz- desde el siglo XVI, esté fuertemente asociada al flamenco.

Originariamente, el mantón de Manila, realizado en seda y bordado a mano, procede de China, pero debe su nombre a la capital de la antigua colonia española de Filipinas (Manila). El puerto de Manila se convirtió en una parada obligada para los barcos españoles que volvían a la metrópoli cargados de productos orientales. Y fue así como en el siglo XV los comerciantes españoles los conocieron y empezaron a llevarlos a España. En poco tiempo, las decoraciones chinas de los mantones fueron sustituidas por motivos autóctonos; desaparecieron los dragones, el bambú y las pagodas y aparecieron rosetones y pájaros, rosas, claveles y otras flores, cada una con su significado (lirio: pureza; margarita: impaciencia; rosa: secreto; girasol: fidelidad…). También fue en España donde se le añadieron los flecos.

Poco a poco, el mantón de Manila se fue convirtiendo en una prenda habitual del vestido femenino, sobre todo en Sevilla, tanto entre las mujeres pudientes de la alta sociedad como entre las clases populares. La moda pasó y el mantón dejó de ser vestido cotidiano, pero quedó asociado al vestuario flamenco, sobre todo de bailaora.

El mantón en el flamenco

Fue la escuela sevillana la que más fuerte apostó por el mantón de Manila. Así, nombres como los de Pastora Imperio, La Niña de los Peines, La Macarrona o Matilde Coral están fuertemente vinculados con el mantón de Manila.

El mantón de Manila aporta gran vistosidad tanto al baile como al movimiento de la bailaora, tiene una técnica propia y complicada, solo apta para aquellas bailaoras que ya tienen gran dominio del baile flamenco. Lo más difícil es saber mover el mantón a compás y hacer que se mueva como si fuera una parte del cuerpo.

Matilde Coral ha sido una gran defensora del mantón, continuando la obra de Pastora Imperio. En la actualidad, Blanca del Rey es célebre, entre otros méritos, por su soleá del mantón, y otros nombres como los de la Compañía Andaluza de Danza, Belén Maya o María Pagés también se asocian con el mantón de Manila.

En la actualidad, y desde hace unos años, el mantón de Manila ha vuelto a ponerse de moda fuera del círculo de baile y se usa como complemento de un vestido de fiesta e incluso como el propio vestido de fiesta.

Cómo encontrar el mantón más adecuado

El mantón tiene que ser lo suficientemente grande como para que abarque de sobra los dos brazos estirados en cruz. No debe confundirse con la pequeña pañoleta que acompaña a los vestidos de faralaes. También es importante que no pese demasiado para poder manejarlo bien.

Si buscas un mantón, el mercado te ofrece muchas posibilidades. Los colores habituales son el negro, el blanco, el marfil y el rojo. Los modelos más clásicos son los de cigarreras –inmortalizados por Carmen, de Bizet- con grandes rosas y claveles bordados en colores brillantes, y los de macetones, que mezclan el bambú con macetas llenas de flores. No te olvides de otros dos modelos tradicionales: el bordado en negro y marfil y el isabelino, que presenta las esquinas bordadas, mientras que el centro permanece vacío o presenta pequeños ramilletes de flores.

El mantón también puede ser un buen complemento para vestirse y no sólo de flamenca.Es perfecto para combinarlo con vestidos de noche y le daremos a nuestra imagen un toque muy español, además de elegante. En este caso, lo podemos elegir del color que queramos; el blanco y el rojo son muy favorecedores

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